observaciones de la vida cotidiana

"Los acontecimientos del día te pasan delante de las narices sosegadamente, sin ostentación, con el nombre del autor de vez en cuando para señalar la presencia de una mano humana, de un yo, de un rasgo de vanidad" Henry Miller

miércoles, 5 de mayo de 2010

Realities: Escenario de actores y espectadores


Los realities shows en general son creados bajo el concepto de “entretener” y de cierta forma lo logran; lo cuestionable de éstos programas son los parámetros que emplean para lograr atraer audiencia y producir dinero. La varita mágica es “dinero y fama” bajo ésta premisa ingresan las personas que están dispuestas a mostrarse ante una audiencia muy crítica, pero no haciendo uso del sentido común, sino de la crítica cruda hacia la personalidad de los sujetos. Pese a todo y siempre cuestionando creo que aquí nadie peca de inocente, ni los productores de los programas, ni los sujetos que participan y menos “los pobres espectadores”.

El reality show de México que presenta Televisa, Me quiero enamorar, trata sobre un grupo de hombres queriendo conquistar a una “interesante mujer”, y de un grupo de mujeres haciendo lo mismo por ganarse el “amor” de un codiciado hombre. Mientras los participantes harán de todo léase, utilizar sus más sofisticados encantos para conquistar, ¿y por qué no los menos sofisticados para alejar a sus contrincantes?; “el galán y la diva” pretendidos tendrán que compartir la cama y no enamorarse, cómo si para enamorarse se necesitara de una cama, sino ¿para qué están los 14 ilusos pretendientes?.

En resumen no es más que una burla convenida de todas las partes. A lo que me refiero es que éstos 14 participantes saben muy bien a lo que van. Enfrentarse a los retos que se les imponga y actuar como tengan que hacerlo frente muchas cámaras y a toda hora, exponiendo sus deseos, sentimientos, emociones para conseguir ser el “ideal”. Mientras tanto, los dos personajes a ser alcanzados tienen la “difícil” tarea de elegir quiénes llenan sus expectativas en ese plano afectivo que tanto necesita el ser humano. Amor, amor, amor. Los productores -bien gracias señores por la actuación, esto genera dinero, dinero, dinero. Y ¿qué hay con los espectadores? Ellos están felices de observar y sentirse identificados con alguno de éstos chicos. Tal vez unos aspirando a llegar a participar y conseguir su pareja ideal, otros soñando con conocer a algún eliminado y convertirse en su diva o galán. Y los que se mofan del programa, pero se entretienen observando. En conclusión nos fascina mirar.

Esto es lo que puedo decir como una simple hipótesis, aunque recién me enteré del programa y no lo he observado en su totalidad, solo fragmentos. Sí he visto otros y me he quedado enganchada a ellos. Sólo para citar y para hacer mea culpa, uno que no recuerdo el nombre, pero trataba sobre espías secretos para cachar a tu pareja siendo “infieles” creo es así como se llama o llamaba. Los de makeover dónde te muestran toda la grasa que sale de un cuerpo y luego predomina el ideal de BELLEZA. Además de la primera edición de operación triunfo y los de Tyra Banks que debo admitir me gustan.

Es por esto que no pretendo esconderme bajo una crítica de personaje con inocente mirada hacia estos programas, porque también he caído en ellos. Sin embargo me doy cuenta de su contenido y simplemente digo lo que es. Me rectifico lo creo es.

Denisse Torres Tumbaco.