sábado, 25 de diciembre de 2010
jueves, 29 de julio de 2010
Cuándo el petróleo se acabe
"Lo que nuestra sociedad va a enfrentar, y muy pronto, es el fin del petróleo barato y abundante del cual dependen todas las naciones industrializadas”
*Colin Campbell y Jean Laherre
El documental que recoge la BBC muestra el lado que poco se analiza y se habla con respecto a la paralización de explotación del petróleo, si bien es cierto todos saben que la contaminación proviene de la industrialización; poco se estudia los efectos que podría provocar a nivel de organización en sociedad el desabastecimiento del motor productivo. Cada día a nivel mundial se consume alrededor de 80 millones de barriles de petróleo, solo en Estados Unidos al año cada norteamericano consume 25 barriles y en países como Britania y China 11 y 2 barriles respectivamente.
Por el mismo sistema de organización la gente ha aprendido a desarrollarse en el día a día, es decir vive y se desenvuelve para los eventos inmediatos que discurren en la sociedad. Es poco usual que un individuo al terminar su jordana laboral o terminado con sus quehaceres habituales se ponga a meditar sobre los problemas mundiales, o se pregunte con qué materiales está compuesto el vehículo que conduce, el perfume que usa, las medicinas que ingiere. Existe un cierto grado de despreocupación ya sea por la falta de información, o de interés lo cierto es que se consume cerca de 4.000 productos que se derivan del petróleo.
El confort o el simple hecho de estar acostumbrados a una forma de vida habitual pueden simplificar la rutina de hoy, pero así también se puede alterar y llegar a complicar en el futuro. Actualmente, para bien o para mal se vive en una estructura de estabilidad social, dónde nos organizamos institucionalmente para crear orden y control, es decir todo el colectivo se desarrolla con la información compartida que posee y de esta forma tiene claro el rol que cumple como individuo. La gran pregunta es si después del petróleo ¿las estructuras sociales no se desintegrarán creando caos y rompiendo con el modelo en el que nos desenvolvemos?
El documental ilustra lo que podría surgir si de hecho no se enseña y no se aprende a vivir sin petróleo. No se puede predecir se acabará, seguramente lo que en realidad ocurra es que ya no sea tan fácil la extracción por el nivel de profundidad y esto provocaría la escases y subida de precios a cantidades poco accesibles, sumando los problemas ambientales en los que estamos inmersos. El encarecimiento de precios, la reducción de productos, la accesibilidad a ellos reduciría no solo el consumo sino la actividad económica y sin capital se debilita la movilidad social, surge la especulación y se actúa individualmente, es decir las personas se preocupan solo por su beneficio y abastecimiento. Al ya no tener un marco por el cual regirse se romperían contratos creándose de tal forma los conflictos y confundiendo los roles. Aunque las leyes existan quedarían relativamente aisladas.
Aunque nosotros como sociedad no sabemos profundamente del tema, sí los expertos y los líderes de cada país por lo tanto es necesario que desde ya se empiece a estimular no solo en crear estudios para los posibles reemplazantes del petróleo, sino también a preparar a la gente en tomar medidas para que paulatinamente se adquieran nuevas formas de vida que no afecten al sistema.
Por: Denisse Torres Tumbaco
Fuente: *BBC Mundo-Medio Ambiente
27 de Mayo 2004 Alex Kirby
Fuente: Documental Cuando el petróleo se acabe
martes, 27 de julio de 2010
Elementos cotidianos que son necesarios
Mis textos pueden tener mucha carga personal, si lo escribe uno no hay otra forma ¿supongo?. La objetividad es totalmente subjetiva, así es como soy me fascinan los enredos, las preguntas tontas, la lógica me aburre tanto como ver las mismas caras todos los días, o el mismo recorrido por las mañanas para ir a clases. Esto no significa que sienta deseos de dejar de ver a mi pequeño pero preciado circulo (familia, amigos, mi gato, mi perro). Los buenos días el señor del periódico y del señor que barre se vuelven cotidianos y necesarios, porque aunque son desconocidos se vuelven “conocidos” y extrañamente al verlos siento seguridad al caminar a tempranas horas por esos sitios ausentes de más personas.
¿Cuántas veces no nos hemos quejado de los mismos eventos del día? Es así, nos volvemos una multiplicación consciente e inconsciente. La vida no es más que un interminable -leit motiv. Volver a ver a la gente que uno identifica de lejos entre la multitud es deliciosamente reconfortante, sino solo recuerden algún instante en dónde se han sentido un completo extraño y de repente visualizamos una cara conocida, una sonrisa chueca si te cae mal, pero ya no eres más un asterisco en medio de puntos. Y si por el contrario es amigo pues sobra la explicación.
A lo que quiero llegar es que aunque los espacios de siempre se vuelvan tediosos carecía de “sentido” que desapareciera de un momento a otro. El día se volvería raro sin esos cotidianos elementos. Nos hemos acostumbrado y necesitamos de lo ya conocido.
Por: Denisse Torres Tumbaco
lunes, 26 de julio de 2010
El aburrimiento y el internet
Las salas de chat están a disposición de cualquier individuo que requiera de interacción virtual a cualquier hora del día. Las razones de ingresar a estos sitios son de todo tipo, desde las explicaciones más simples como pasar el rato y matar el tiempo hasta la necesidad de hablar con alguien y contarle sobre su poca suerte.
Hay quienes buscan solo una conversación y no precisamente poseen una personalidad introvertida, ni menos les cuesta relacionarse físicamente solo han sentido curiosidad por saber que hay detrás de estos sitios o están aburridos de su círculo de amigos. Por su puesto también existe la contraparte y entra el grupo de los tímidos que intentan vencer o más bien integrarse a una parte de la sociedad a través de la red. Como en la vida real dentro de estos espacios hay gente que busca de todo en tiempo real. Léase encontrar un rato de escapismo de sus quehaceres habituales y quitarse el stress del día, el aburrimiento, ocupar en algo el tiempo vago, amoríos y hasta satisfacciones sexuales o más bien diría autosatisfacciones ya que por lo general nunca llega a concretarse una interacción directa face to face (en este caso más que face –body).
Hay que considerar dos aspectos por una parte quienes solo aprovecharon el rato y no pasa de eso, una simple revisión del panorama; del otro lado hay quienes intercambian mails para seguir en contacto y es en este punto dónde pueden surgir las expectativas sobre los niveles de conducta que adopten ambas partes. A pesar, de solo existir vínculos virtuales y de hecho frágiles la continua comunicación entre sujetos es lo que los hace sentirse próximos y ascender a la categoría “amigos”. Desvalorizar los sentimientos puede sonar frívolo dentro de este plano, sin embargo no es menos real que en la vida real, o al menos en el momento y por las personas relacionadas. Puede ser un sentimiento efímero como puede ser perdurable depende de las personalidades y estas sin maquillaje.
Hay casos dónde han funcionado tipo de relaciones que surgen por la casualidad del aburrimiento o todo lo contrario ingresaron con ese único objetivo, conseguir pareja. Considero puede darse el caso, pero no todos sobreviven a las circunstancias se requiere de una mentalidad fuerte y mucha paciencia y fuerza de voluntad. Particularmente puedo hablar desde la perspectiva de amistad y ¿quién está librado de tener un amigo que conoció por red? En estos momentos es algo cotidiano y a la vez también un juego de niños.
Por: Denisse Torres Tumbaco
Catástrofes, ¿naturales?
El tsunami ocurrido en el sudeste asiático en el 2004 pone a las diversas zonas del mundo como objetos vulnerable de los fenómenos naturales; y tal vez sean responsabilidad de los mismos habitantes
Hace cinco años se produjo una catástrofe mal llamada natural. El término catástrofe tiene por significado un suceso fatídico que altera el orden regular de las cosas. Por añadidura señala que puede ser natural o provocada por el hombre. Ahora, las dudas al respecto se despegan bajo la suposición de imaginar si, en ese proceso “natural” no tiene nada que ver el hombre.
Bajo este supuesto no quiero decir que los habitantes de las Islas del sudeste asiático son culpables de haber atravesado por el segundo mayor desastre de fenómeno natural registrado en la historia. Sin embargo, sí creo que este suceso es una reacción como consecuencia del mal sistema que empleamos todos los habitantes del planeta para vivir en la cotidianidad.
Me atrevo a decir que nos estamos acostumbrando a observar situaciones de este tipo, y la reacción es la de un ser humano común y corriente. Es decir, en ese momento se atraviesa por el sentimiento de intimidación y de repente somos poseedores de una inmensa fe; y lo primero que se nos ocurre es hacer suplicas al altísimo y hacer un mea culpa.
Afortunadamente, no hemos atravesado por alguna catástrofe de ésta índole y lamentablemente las cerca de 300.000 personas que murieron en las zonas de Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, India, Bangladesh, Burma, Malasia, Islas Maldivas, Somalia, Kenia, Tanzania y las Islas Seychelles no tuvieron oportunidad de hacer una reflexión al respecto. No alcanzo a imaginar el desesperante escenario que tuvieron que ver en esos, sus últimos segundos.
Afortunadamente, no hemos atravesado por alguna catástrofe de ésta índole y lamentablemente las cerca de 300.000 personas que murieron en las zonas de Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, India, Bangladesh, Burma, Malasia, Islas Maldivas, Somalia, Kenia, Tanzania y las Islas Seychelles no tuvieron oportunidad de hacer una reflexión al respecto. No alcanzo a imaginar el desesperante escenario que tuvieron que ver en esos, sus últimos segundos.
Actualmente se plantea mucho la temática de preocupación ambiental y menos mal el sentimiento ecologista va en aumento. Ya no son solo los científicos y un reducido grupo de activistas ecologistas los que plantean soluciones, no sé si se pueda salvar el planeta, pero sí tal vez disminuir el porcentaje de riesgos.
En Indonesia por ejemplo, fue uno de los países dónde se observó la casi, por no decir total destrucción del entorno. Familias enteras quedaron sepultadas en los escombros y otros según testimonios hasta el día de hoy el mar regresa los cuerpos.
En Indonesia por ejemplo, fue uno de los países dónde se observó la casi, por no decir total destrucción del entorno. Familias enteras quedaron sepultadas en los escombros y otros según testimonios hasta el día de hoy el mar regresa los cuerpos.
En una publicación del 2005 realizada por la UNESCO, señala que es importante saber diferenciar riesgos naturales de los desastres. He tomado estas ideas por el parecido cuestionamiento. Según dicho texto los riesgos naturales son fenómenos físicos, entiéndase terremotos, tsunamis entre otros. Por otra parte, define a la palabra “desastre” como una consecuencia de las alteraciones que son generadas por ese tipo de fenómenos.
En palabras sencillas la denominación “desastres naturales” es una frase cuestionada por la significancia que le hemos dado a lo largo de la historia. En todo caso las definiciones quedan en eso, palabras sueltas que tratan de llevarnos a una idea lógica para ordenar las diversas situaciones. Lo cierto es que cada vez que el planeta sufre algún bajón, también estamos en peligro los que habitamos dentro de él.
La potencia con la que generalmente vienen estos hechos nos hace ver lo insignificantes que podemos ser ante la naturaleza. Si bien nos brinda un lugar dónde vivir con tranquilidad y disfrutar de las cosas que por alguna razón existen, también en cuestión de segundos podemos observar solo un bosquejo de lo que fue y queda.
A pesar que las grandes potencias manejan tecnología de punta, aún no hay un medio mecánico que nos libre de estar inmunes ante los cambios climatológicos que se han alterado por causa del mal manejo de los recursos naturales.
Una clara muestra de aquello se evidencia en el numero de víctimas y daños en el ambiente que provocó el tsunami en el Océano Indico del sudeste asiático, donde la población se encontraba totalmente desprevenida y a penas al momento pudieron preocuparse por salvar sus propias vidas.
En palabras sencillas la denominación “desastres naturales” es una frase cuestionada por la significancia que le hemos dado a lo largo de la historia. En todo caso las definiciones quedan en eso, palabras sueltas que tratan de llevarnos a una idea lógica para ordenar las diversas situaciones. Lo cierto es que cada vez que el planeta sufre algún bajón, también estamos en peligro los que habitamos dentro de él.
La potencia con la que generalmente vienen estos hechos nos hace ver lo insignificantes que podemos ser ante la naturaleza. Si bien nos brinda un lugar dónde vivir con tranquilidad y disfrutar de las cosas que por alguna razón existen, también en cuestión de segundos podemos observar solo un bosquejo de lo que fue y queda.
A pesar que las grandes potencias manejan tecnología de punta, aún no hay un medio mecánico que nos libre de estar inmunes ante los cambios climatológicos que se han alterado por causa del mal manejo de los recursos naturales.
Una clara muestra de aquello se evidencia en el numero de víctimas y daños en el ambiente que provocó el tsunami en el Océano Indico del sudeste asiático, donde la población se encontraba totalmente desprevenida y a penas al momento pudieron preocuparse por salvar sus propias vidas.
A pesar de los esfuerzos por querer alertar a los poblados cuando se encuentran en amenazas similares, no se puede tener certeza que la información será oportuna y menos que salvará en su totalidad a los seres que habitan tal territorio. Indiscutiblemente los avances tecnológicos en esta aérea son una ayuda beneficiosa y muy fundamental, pero hay que tener claro que solo sirven para darnos aviso. Hay que considerar el tiempo en el que se transmite la información para lograr poner a salvo a las personas. Aunque se logré poner alarmas en todo el mundo el evento se desencadenará en cualquier momento y es lo único seguro.
Los científicos que se dedican a estudiar estos sucesos se han cansado de repetir siempre lo mismo, que somos los culpables por el estilo de vida de consumo desaforado que tenemos. Cierto o no tenemos un problema grave que nos pone como chiquillos asustadizos cuando tenemos a la oscuridad. Solo que acá se trata de megas potencias energéticas que en un estallido puede hacernos entrar en los claroscuros que tanto tememos. Volviendo a situar como ejemplo el caso del tsunami, la energía que liberó el planeta fue de 10 bombas atómicas. Es decir Hiroshima y Nagasaki multiplicado.
Calificarlo como un fenómeno natural sería injusto, la naturaleza no se ensaña contra nadie de tal forma, como para enviarnos 10 bombas de golpe. Lo que seguramente aconteció fue un desastre no sé si natural, pero desastre al fin y al cabo por las secuelas que produjo.
Actualmente, se han producido alertas de tsunamis por los remezones que tiene la tierra en varias partes del mundo, y como planetariamente somos una cadena lo que se mueve por aquí puede provocar olas por allá. En resumen nadie está en una burbuja indestructible. Además de implorar misericordia en el facebook, sí detesto las avalanchas de suplicas públicas que no ayudan en nada. Tampoco es demasiado declararse vegetarianos y decidir no tomar la metro y mejor andar en bicicleta, pero sinceramente y aunque suene fatalista esta vez no quiero terminar con una frase alentadora y chillona de fe y esperanza. Tal vez sea el intenso calor de la noche y la falta de sueño que me cargo, pero francamente creo que no tenemos esperanzas.
El retroceso no se va a producir no existe la maquinita mágica de regreso al futuro; eso es una película señores. La verdad es que los sistemas de Gobierno no van a dejar de explotar sus recursos mineros-petroleros para sembrar nueces y miel. Los países industrializados, aunque se mandan los más sofisticados foros para tratar los temas ambientales no dejarán de hacer producir sus dinosaurios implementos en maquinarias que tanto mal evocan en la superficie y fuera de ella. Además nos encanta consumir y caemos más rápido a los placeres que a los rezos.
Lamentablemente es así. Podemos estar conscientes de lo que sucede pero solo al momento, luego viene el corte comercial y saboreamos las delicias que vemos. Las imágenes por más fuertes que sean pasado el tiempo las olvidamos y solo las recordamos cuando pasa algo similar o cuando tenemos que redactar un ensayo. Lo que sucedió en estas islas fue realmente muy triste, a pesar de ser considerado el segundo desastre más fuerte es el primero en cuanto a pérdidas humanas. Solo como dato adicional el mayor fenómeno natural se produjo el 9 de Julio de 1959 en la Bahía de Lituya al noreste de Alaska. En este acontecimiento se generó una ola de 500 metros, pero no hubo víctimas que lamentar. Al menos es lo que conozco.
No podemos cambiar la historia y quién sabe si el futuro, pero este presente en circunstancias da miedo. El intenso calor o el intenso frío nos provocan malestar y escasamente podemos tener certeza que mejorará, sin embargo mientras discurre el tiempo lo único es tratar de haces las paces con el entorno y dejar de querer superar desafiando las leyes naturales.
Los científicos que se dedican a estudiar estos sucesos se han cansado de repetir siempre lo mismo, que somos los culpables por el estilo de vida de consumo desaforado que tenemos. Cierto o no tenemos un problema grave que nos pone como chiquillos asustadizos cuando tenemos a la oscuridad. Solo que acá se trata de megas potencias energéticas que en un estallido puede hacernos entrar en los claroscuros que tanto tememos. Volviendo a situar como ejemplo el caso del tsunami, la energía que liberó el planeta fue de 10 bombas atómicas. Es decir Hiroshima y Nagasaki multiplicado.
Calificarlo como un fenómeno natural sería injusto, la naturaleza no se ensaña contra nadie de tal forma, como para enviarnos 10 bombas de golpe. Lo que seguramente aconteció fue un desastre no sé si natural, pero desastre al fin y al cabo por las secuelas que produjo.
Actualmente, se han producido alertas de tsunamis por los remezones que tiene la tierra en varias partes del mundo, y como planetariamente somos una cadena lo que se mueve por aquí puede provocar olas por allá. En resumen nadie está en una burbuja indestructible. Además de implorar misericordia en el facebook, sí detesto las avalanchas de suplicas públicas que no ayudan en nada. Tampoco es demasiado declararse vegetarianos y decidir no tomar la metro y mejor andar en bicicleta, pero sinceramente y aunque suene fatalista esta vez no quiero terminar con una frase alentadora y chillona de fe y esperanza. Tal vez sea el intenso calor de la noche y la falta de sueño que me cargo, pero francamente creo que no tenemos esperanzas.
El retroceso no se va a producir no existe la maquinita mágica de regreso al futuro; eso es una película señores. La verdad es que los sistemas de Gobierno no van a dejar de explotar sus recursos mineros-petroleros para sembrar nueces y miel. Los países industrializados, aunque se mandan los más sofisticados foros para tratar los temas ambientales no dejarán de hacer producir sus dinosaurios implementos en maquinarias que tanto mal evocan en la superficie y fuera de ella. Además nos encanta consumir y caemos más rápido a los placeres que a los rezos.
Lamentablemente es así. Podemos estar conscientes de lo que sucede pero solo al momento, luego viene el corte comercial y saboreamos las delicias que vemos. Las imágenes por más fuertes que sean pasado el tiempo las olvidamos y solo las recordamos cuando pasa algo similar o cuando tenemos que redactar un ensayo. Lo que sucedió en estas islas fue realmente muy triste, a pesar de ser considerado el segundo desastre más fuerte es el primero en cuanto a pérdidas humanas. Solo como dato adicional el mayor fenómeno natural se produjo el 9 de Julio de 1959 en la Bahía de Lituya al noreste de Alaska. En este acontecimiento se generó una ola de 500 metros, pero no hubo víctimas que lamentar. Al menos es lo que conozco.
No podemos cambiar la historia y quién sabe si el futuro, pero este presente en circunstancias da miedo. El intenso calor o el intenso frío nos provocan malestar y escasamente podemos tener certeza que mejorará, sin embargo mientras discurre el tiempo lo único es tratar de haces las paces con el entorno y dejar de querer superar desafiando las leyes naturales.
Por: Denisse Torres Tumbaco
miércoles, 5 de mayo de 2010
Realities: Escenario de actores y espectadores
Los realities shows en general son creados bajo el concepto de “entretener” y de cierta forma lo logran; lo cuestionable de éstos programas son los parámetros que emplean para lograr atraer audiencia y producir dinero. La varita mágica es “dinero y fama” bajo ésta premisa ingresan las personas que están dispuestas a mostrarse ante una audiencia muy crítica, pero no haciendo uso del sentido común, sino de la crítica cruda hacia la personalidad de los sujetos. Pese a todo y siempre cuestionando creo que aquí nadie peca de inocente, ni los productores de los programas, ni los sujetos que participan y menos “los pobres espectadores”.
El reality show de México que presenta Televisa, Me quiero enamorar, trata sobre un grupo de hombres queriendo conquistar a una “interesante mujer”, y de un grupo de mujeres haciendo lo mismo por ganarse el “amor” de un codiciado hombre. Mientras los participantes harán de todo léase, utilizar sus más sofisticados encantos para conquistar, ¿y por qué no los menos sofisticados para alejar a sus contrincantes?; “el galán y la diva” pretendidos tendrán que compartir la cama y no enamorarse, cómo si para enamorarse se necesitara de una cama, sino ¿para qué están los 14 ilusos pretendientes?.
En resumen no es más que una burla convenida de todas las partes. A lo que me refiero es que éstos 14 participantes saben muy bien a lo que van. Enfrentarse a los retos que se les imponga y actuar como tengan que hacerlo frente muchas cámaras y a toda hora, exponiendo sus deseos, sentimientos, emociones para conseguir ser el “ideal”. Mientras tanto, los dos personajes a ser alcanzados tienen la “difícil” tarea de elegir quiénes llenan sus expectativas en ese plano afectivo que tanto necesita el ser humano. Amor, amor, amor. Los productores -bien gracias señores por la actuación, esto genera dinero, dinero, dinero. Y ¿qué hay con los espectadores? Ellos están felices de observar y sentirse identificados con alguno de éstos chicos. Tal vez unos aspirando a llegar a participar y conseguir su pareja ideal, otros soñando con conocer a algún eliminado y convertirse en su diva o galán. Y los que se mofan del programa, pero se entretienen observando. En conclusión nos fascina mirar.
Esto es lo que puedo decir como una simple hipótesis, aunque recién me enteré del programa y no lo he observado en su totalidad, solo fragmentos. Sí he visto otros y me he quedado enganchada a ellos. Sólo para citar y para hacer mea culpa, uno que no recuerdo el nombre, pero trataba sobre espías secretos para cachar a tu pareja siendo “infieles” creo es así como se llama o llamaba. Los de makeover dónde te muestran toda la grasa que sale de un cuerpo y luego predomina el ideal de BELLEZA. Además de la primera edición de operación triunfo y los de Tyra Banks que debo admitir me gustan.
Es por esto que no pretendo esconderme bajo una crítica de personaje con inocente mirada hacia estos programas, porque también he caído en ellos. Sin embargo me doy cuenta de su contenido y simplemente digo lo que es. Me rectifico lo creo es.
Denisse Torres Tumbaco.
El reality show de México que presenta Televisa, Me quiero enamorar, trata sobre un grupo de hombres queriendo conquistar a una “interesante mujer”, y de un grupo de mujeres haciendo lo mismo por ganarse el “amor” de un codiciado hombre. Mientras los participantes harán de todo léase, utilizar sus más sofisticados encantos para conquistar, ¿y por qué no los menos sofisticados para alejar a sus contrincantes?; “el galán y la diva” pretendidos tendrán que compartir la cama y no enamorarse, cómo si para enamorarse se necesitara de una cama, sino ¿para qué están los 14 ilusos pretendientes?.
En resumen no es más que una burla convenida de todas las partes. A lo que me refiero es que éstos 14 participantes saben muy bien a lo que van. Enfrentarse a los retos que se les imponga y actuar como tengan que hacerlo frente muchas cámaras y a toda hora, exponiendo sus deseos, sentimientos, emociones para conseguir ser el “ideal”. Mientras tanto, los dos personajes a ser alcanzados tienen la “difícil” tarea de elegir quiénes llenan sus expectativas en ese plano afectivo que tanto necesita el ser humano. Amor, amor, amor. Los productores -bien gracias señores por la actuación, esto genera dinero, dinero, dinero. Y ¿qué hay con los espectadores? Ellos están felices de observar y sentirse identificados con alguno de éstos chicos. Tal vez unos aspirando a llegar a participar y conseguir su pareja ideal, otros soñando con conocer a algún eliminado y convertirse en su diva o galán. Y los que se mofan del programa, pero se entretienen observando. En conclusión nos fascina mirar.
Esto es lo que puedo decir como una simple hipótesis, aunque recién me enteré del programa y no lo he observado en su totalidad, solo fragmentos. Sí he visto otros y me he quedado enganchada a ellos. Sólo para citar y para hacer mea culpa, uno que no recuerdo el nombre, pero trataba sobre espías secretos para cachar a tu pareja siendo “infieles” creo es así como se llama o llamaba. Los de makeover dónde te muestran toda la grasa que sale de un cuerpo y luego predomina el ideal de BELLEZA. Además de la primera edición de operación triunfo y los de Tyra Banks que debo admitir me gustan.
Es por esto que no pretendo esconderme bajo una crítica de personaje con inocente mirada hacia estos programas, porque también he caído en ellos. Sin embargo me doy cuenta de su contenido y simplemente digo lo que es. Me rectifico lo creo es.
Denisse Torres Tumbaco.
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