Mis textos pueden tener mucha carga personal, si lo escribe uno no hay otra forma ¿supongo?. La objetividad es totalmente subjetiva, así es como soy me fascinan los enredos, las preguntas tontas, la lógica me aburre tanto como ver las mismas caras todos los días, o el mismo recorrido por las mañanas para ir a clases. Esto no significa que sienta deseos de dejar de ver a mi pequeño pero preciado circulo (familia, amigos, mi gato, mi perro). Los buenos días el señor del periódico y del señor que barre se vuelven cotidianos y necesarios, porque aunque son desconocidos se vuelven “conocidos” y extrañamente al verlos siento seguridad al caminar a tempranas horas por esos sitios ausentes de más personas.
¿Cuántas veces no nos hemos quejado de los mismos eventos del día? Es así, nos volvemos una multiplicación consciente e inconsciente. La vida no es más que un interminable -leit motiv. Volver a ver a la gente que uno identifica de lejos entre la multitud es deliciosamente reconfortante, sino solo recuerden algún instante en dónde se han sentido un completo extraño y de repente visualizamos una cara conocida, una sonrisa chueca si te cae mal, pero ya no eres más un asterisco en medio de puntos. Y si por el contrario es amigo pues sobra la explicación.
A lo que quiero llegar es que aunque los espacios de siempre se vuelvan tediosos carecía de “sentido” que desapareciera de un momento a otro. El día se volvería raro sin esos cotidianos elementos. Nos hemos acostumbrado y necesitamos de lo ya conocido.
Por: Denisse Torres Tumbaco
Muchas veces la vida nos parece monótona. Pero luego cuando nos hacen falta los extrañamos y lamentamos no tenerlo. Creo que hay que vivir sin quejas y lamentaciones así nuestros días serán más satisfactorios jaja
ResponderEliminarElementos cotidiandos, un pequeño círculo, un buenos días, un hola qué tal. En fin, yo me acostumbro... y como dijo alguna vez alguien que tenia ciertos seguidores: el que este libre de elementos cotidianos,entonces que lance su primer elemento.
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